sábado, 22 de noviembre de 2008

Esperando el Milagro 173- Hacer historia


Hacer historia

"El futuro llegó hace rato
todo un palo
ya lo ves."

Patricio Rey y los redonditos de ricotta.



Historia antigua

Se la pasó agitando por siglos su ramito
de laurel . Le pasaron los tiempos por encima. Que la década del treinta,
infame.
La del veinte al sur.
Los cuarenta del fox-trot. Gustaba demasiado
de esas polleritas con flecos, las melenitas, los collares.

Los ochenta, sobrevivió. Después volvió para atrás en los sesenta.

No fue hippie, no se fue al Bolsón. No tuvo
chacra de fruta fina. Ni artesanos a sueldo.
Un poco rock and roll, pero eso
no quiere decir nada.

Tocó "che" en pub local,
famoso en los noventa. Se pasó las profecías por el ramo.

Fue Casandra. Ahora es hija de Noé, a quien confunden con Noel
pero éste no se acuerda de ella, ni siquiera en el cumpleaños.
Igual nada significan. Y menos para ella
que se pasó décadas enteras, agitando un ramo.
Será una antología?


Pasado reciente

Le gustaría darle a los años con la fusta del abuelo. Jinete de los buenos.
Un hombre hecho y derecho. Decía la abuela.
Uno de los rifleros de Ffos Halen. Jinete de a caballo. Darle
a los años chivos. En busca del tiempo perdido. Haciendo profecías.

Que el glitter y depeche mode.
Volver a los ochenta y no sobrevivir.
Volver a los sesenta y ser montonera.
Y no sobrevivir.

Girar con la banda. Vomitar hasta la locura. Devenir inconsciente.


Pasado remoto


El tiempo no es una solución.
Se pregunta, cuando piensa (a veces) que antes
de Cristo era algo así como una medida de tiempo algo imprecisa.

Te cansa repetir.
Repetir las letras de canciones. Comprobar cómo funciona el clisé

Se toca un rasguido en la guitarra. Volver a las giras cansa.

Volver de las giras cansa.
Repetir y repetir el repertorio.

Tocó de nuevo la canción de los sesenta. Tocó la del veinte.
Y el público
tranquilo.
No reconocieron la conmoción.
Tocó de los ochenta y comenzó a morir.
Parecía que no terminaba nunca. Murió por todos.

Se fue con un jinete de a caballo y perdonó las redundancias.
Se convirtió al hare krishna pero no tuvo salida.

Se retiró a cuarteles de invierno y una lluvia de flores le arruinó la estancia.

La estancia de padre estaba bella, recubierta de flores pensativas.
No eran todas azules.

Fue de nuevo

Casandra , y seguía.

Papá se hizo Noel para hacer feliz a todo el mundo.
Al fin fueron de nuevo una familia.


Nueva historia antigua


Sentaron sus reales en una chacra ecológica.
Cultivan verduras orgánicas
y eso.
También fabrican quesos, de ovejas y de cabras.

Cultivan una prosa prolija.

Mi chica descargó su lobo de una vez y se puso
su traje de abuelita.
Se quedó con la entelequia entre las manos.

Un collar de fideos largos, pintados con témpera lavada, mohoso ya,
ennegrecido.
Una trenza, larguísima, que se cortó en un ataque de epilepsia.
Dos jeans de patas de elefante
gastados con el lomo de una caja de fósforos patito.
Tres velas que fueron aromáticas pero perdieron ya su esencia.
El libro "el principito". Con tachaduras, con enmiendas. Una puteada.
Un recuerdo del Bolsón hecho en madera de radal.

Aún tenían el sueño de convertirse en campesinos.
Pero no querían pasar por todo ese despertar.
Mejor era pasarse
el día ensoñando
frente de la estufa a leña.

Fue la segunda huida de Martín, cansado del olor a tés, a sahumerios,
a los menjunjes que fumaba su vecino.

Volvió a armar la banda.

Mi niña no lloró, no rompió el bolso de viaje a las patadas,
escribió poemas tristes, poemas campesinos
de amor loco, de niñas de largas trenzas enamoradas
de pastores protestantes, que se iban de gira con la palabra del señor.

De señoras que se gastaban la cajeta al ritmo de Miles Davis.
Todo eso sucedió en los noventa.

Celebró el paisaje de sus cerros, la niebla en las montañas, el aullido de los lobos
esteparios. No eran idilios, no,
eran como payadas tristes, contrapuntos
de desamor y desengaños,
pérdidas de la virginidad a manos de cualquiera.

Cantos amebeos.



Historia más antigua


Tuvo otro ataque de epilepsia y, como nada
tenía por cortarse, se cortó sola,
por las calles desalumbradas de su pueblo.

En la mano llevaba sus pantalones de piruja.

La agarró de nuevo un rebrote. Ninguneo.

No sabía entonces devenir imperceptible.
Se dedicó a escribir poemas largos y se hizo un poemario
que no tenía ni orden ni concierto. Lo presentó a un concurso y lo ganó.
Un poeta coronado se lo presentó. Le costó unos pesos
pero salió en el diario local,
aferrada a un piano, un tanto envejecida. Parecía una postal.

Juntó polvo en los estantes
de una librería (el poemario, no mi niña),

y aunque ganas de matar, nena
a ese Martín tuyo, lo dejás. Está mal visto volarse
los sesos por las noches. Tomarse la venganza en los colmillos.

Te vas de sótano a girar, a brillar borracha entre las piernas
de jóvenes promesas, melancólicos rockeros del sur.

Porque vos, ex joven chica rock, vos
mi buena hija de Noé, sos coreada por la hinchada:

Noesistís. No. Noesistís.
Noesistís. Noesistís. Nena
Noesistís.
No insistas.

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Este espacio es un homenaje a un Grupo Literario que existiò el la Patagonia y del que tuve el honor de ser una de las fundadoras. Este grupo, ademàs de su labor poètica y una gran militancia en el campo de las letras y la cultura, iniciò una crìtica literaria en la zona.
Me gustarìa compartir con los lectores trabajos de crìtica literaria, textos inèditos, etc... en fin... lo iremos haciendo entre todos. Se aceptan sugerencias
La foto que encabeza la pàgina es del lugar donde vivo: Puerto San Juliàn, en el Vìa Lucis -sobre el Monte Cristo-Patagonia.

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Puerto San Juliàn, Santa Cruz, Argentina
poeta, narradora, crìtica literaria,madre de tres hijos, casada, ama de casa.