A mitad de camino entre Jaramillo y Caleta Olivia, en una pampa ventosa y desolada como pocas, y con la única compañia de los animales del monte, pumitas, zorrinos, ovejas, etc, vive este hombre. Vaya a saber uno qué cosas ha pasado en la vida, para que elija vivir al costado de la ruta inclemente. Muchas veces me he preguntado el por qué. No encontré respuesta más allá de mis desvaríos imaginativos que incluyen crímenes cruentos, bajezas y otras cosas terribles, pero quizás sea nada más ni nada menos que una elección. Como tantos hombres y mujeres ha elegido esta tierra nuestra, para engualicharse el pasado y la memoria...y la ruta tiene lo suyo, al costado del camino la vida pasa por delante de uno y este señor será testigo privilegiado de la naturaleza humana. Pasan camiones que le dejan paquetes de cosas, ni idea de qué serán...él abajo de su bolsa de nylon, su única protección contra el frío y el viento, entre sus cacharritos, sigue alli, enfrentando a la naturaleza humana desde el kilómetro 1950 de la ruta tres, planteando el interrogante a aquellos que pasamos por la ruta, en confortables autos, en tibios omnibus. Muchos quizás no mirarán, y mucho menos se preguntarán nada. Otros nos quedamos con una extraña mezcla de piedad e incertidumbre clavada en el alma para siempre.
¿Alguien más lo ha visto?
Septiembre de 2009 - Puerto San Julián
Claudia Elisabet Sastre
1 comentario:
Claudia, soy Fernando de La Plata y hace unos dias volvi de Ushuaia en auto y vimos a este hombre a la ida y a la vuelta. No lo podia creer. Busque en internet para ver si alguien habia escrito algo...la verdad es increible...
saludos
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