jueves, 23 de octubre de 2008

El Lugar del Escritor como actor social y cultural. Parte V: Raúl Mansilla

El Lugar del escritor como actor social e intelectual- Parte V: Raúl Mansilla

Si el lugar del intelectual se define, como diría Walter Benjamin, por el lugar que ocupa como productor (de bienes culturales y simbólicos) en relación con su situación de propiedad de esos medios o , mejor dicho, con respecto a sus condiciones materiales de posibilidad; es innegable que para los escritores, o poetas, esas condiciones materiales no sólo son determinantes al momento de producir, sino que además se incorporan como materialidad dentro de su obra y dentro del Campo Literario donde su obra es considerada producción.
En pocas palabras, esa es la idea de estos trabajos, sobre todo en relación al conflictivo tema del paisaje dentro-fuera de la Literatura Patagónica.Quizás porque me toca muy de cerca por ser criada en Puerto Madryn, que el tema de las ballenas, es para los autores madrynenses un tema candente. Durante un tiempo, bastante largo por cierto, la dirección de cultura de la ciudad se transformó en sub, y dependía total y directamente de Turismo!, poco faltaría para que elaboren concursos literarios y premien odas a las ballenas. Como respuesta, irónica, llamémosle a esa circunstancia, donde a el cuestionado y siempre conflictivo Encuentro de Escritores Patagónicos se le cambió la fecha, para hacerla coincidir con la temporada de ballenas, y los ilustres visitantes (escritores de Buenos Aires, obvio, convertidos en semi dioses adorados por la plebe) pudieran contemplar el magnífico espectáculo de los gigantescos bichos copulando en el mar; como respuesta irónica, decía, quiero comenzar con este poema de Raúl Mansilla, de su libro “No eras un viajero inglés”

“LAS BALLENAS DE PUERTO MADRYN1

Las ballenas no son el minúsculo motivo de la sal,
ni de que yo esté aquí observando lo que no se debe.
Las ballenas son signos de admiración, sus aletas dan las cuatro de la tarde,
viajan dentro de tu nombre, prenden velas,
miran absortas la camisa blanca con salsa.

En la suave y cadenciosa brisa de Madryn todos somos ballenas,
porque ellas no vienen a parir, son solo una excusa para que te invoque,
vienen al golfo a tenerte.

Voyeur, un ciprés en lo alto, la barda roja y la calle nuestra, todavía.
El Conquistador Mendoza y las ballenas, las diez cuadras, cuando la policía viene a detenerme, les digo: - no hice fuego adentro – me piden documentos, luces bajas, -qué hace dentro de la ballena, me dicen, muestro el polvo del bolsillo, tu foto, el lunar en los delfines.

Una ballena podría ser un buen hogar, habría sal, grasa, carne, nos mirarían turistas alemanes, nos contarían, pondrían censores, green peace.
Las ballenas también son volcanes, y la cordillera también es el golfo con capas de nubes riojanas, la copa de vino es regocijo y crueldad, todos los sentidos en la bandera de tinto de Tomás.

Si uno avista, ve?

Las ballenas espléndidas vienen a la noche, a los cabarets de Madryn, "tienen la piel suave" nos había dicho el cocinero, dan besos tiernos, toman fernet entre luces rojas y sillones quemados por puchos, las ballenas están en el valle, en la ventana, sin conciencia del tamaño tocan la guitarra con sus barbas, ojalá tuvieran uñas, parásitos que terminen de tocar las últimas notas y se marchen, ojalá pueda mirar tu rostro de frente otra vez, y que tus ojos quemen la inmensa soledad del que mira saltar las ballenas, en la rambla.”

Genial la frase “si uno avista, ve?” Podría dialogar tranquilamente con frases de Aliaga como :
un poeta – un punto azul sobre la mesa-
no mira para ver
sino para abrir los ojos.

El poeta interpela a la mirada turística desde su visión, el turista “avista” (explico que comercialmente a los paseos en lancha para ver ballenas se los llama “avistajes”), en tanto el poeta ve.Qué ve el poeta? . Una realidad esencial. La esencia atrás de la apariencia. Y en esa esencia surge la vivencia. Lo vivencial es vivir como Jonás dentro de la ballena, que las ballenas en realidad sean las chicas de los cabaret, con sus pieles suaves. Que la esencia sea algo trascendente, es decir más allá de la apariencia. Este posicionamiento es filosófico, ético, estético (los que me conocen saben que yo nunca separo esos términos). Lo significativo es que Raul Mansilla hace actuar su pensamiento a través de la praxis escrituraria. Todo el libro tiene marcas de ese tipo, partiendo desde el titulo, ironiza con esos viajeros, como Chatwin (dilettante y fugaz, dirá Aliaga) que verán la Patagonia superficial, no la profunda (yo no acuerdo, a mi me encanta Chatwin, pero entiendo a qué se refieren)2
En otro poema del libro Mansilla dice:

“NO ERAS UN VIAJERO INGLES III

Al menos es verano dijiste, como si eso fuese una red de protección,/y sin embargo, Sir Ralph III, fuiste sentenciado como siempre,/por el viento en contra de tus viajes./Otra vez el motor habló por vos y las señales/sucedían, curvas,contracurvas,/una tras otra, Géminis, Piscis, Escorpio,/de qué signos son esos carteles? Dijiste./Pero son los peligros de la soledad, eso/se notaba cuando estabas Picún/y te ponías como loco,/dejando al pueblo girando en tus /primeras canas./Sí, Picún estabas, con la osada ausencia/de la morocha del kilómetro mil./No por eso debes descender enardecido/en nombre de la vida,/out poemas de amor. Collón Curá,/Collón Curá. // Cablecitos a tus sienes marcha / y marcha, estres, estres, estres.//Más Cholila y distendido por fin/pensaste nuevamente en la ventana,/ en el marco solo, en el barrio solo,la /cortina y los pliegues// Qué había de inglés en estas actitudes?/ no lo sabías.// Ya Bariloche abierto, perpendicular al /nahuel on the water,/ pegaste golpecitos al volante, contento,/con la primera FM./ Secuestrado en la belleza, con la/ tripulación amotinada,/silenciaste tu motor,bajaste, llenaste/ de aire tus pulmones,/creyendo que con eso. Qué creiste?// Un viajero inglés hubiera descansado,/ pero eras argentino,/y sin brújula te fuiste de la luz, a la/ noche de la doscientos treinta y cuatro,/inmaduro, con barba de tres días, al / Bolsón, pestañeando a ciento diez./Ah, muchacho salvaje, /desde el punto de vista cuali cuanti/ tativo”.

“Un viajero inglés hubiera descansado/ pero eras argentino” señala Mansilla, marcando las diferencias; es decir uno viaja por placer, por ocio;el otro, por obligación y por trabajo...Acerca de la funcionalidad de los viajes mucho se ha escrito, sobre todo en la literatura. No hay universalidad ni globalización en eso (como en tantas otras cosas). Me cuesta creer, en última instancia que un poeta de otro sitio podría haber escrito este poema, no por el léxico, no por el paisaje que refiere, no por la forma, sino por algo más trascendente: la vivencia. Las condiciones materiales de posibilidad que se le presentan a Mansilla, como productor de bienes culturales y simbólicos se incorporan a su obra, desde su materialidad y en eso mismo se convierte.La obra será entonces un anillo irradiador de significaciones, de símbolos. Nuevamente podemos afirmar que con el paisaje se pueden hacer muchas cosas, al igual que con las palabras. Puede servirnos para reflexionar acerca de la famosa disyuntiva que se nos presenta bifronte :Centro/Periferia.
Creo que la alternativa es maniquea, ya que no necesariamente debemos pensar en dos términos antagónicos, y podemos avanzar hacia una síntesis superadora. Al igual que el tema de lo global versus lo local. Un intento de resolver rápidamente y sin crítica la disyuntiva puede llevar a posturas peligrosas desde lo ideológico. Veamos lo que dice Marcelo Eckhardt:

“Creo que tenemos que pensar desde otra perspectiva, no desde lo universal, que ahora sería lo global, sino que tenemos que pensar desde lo local y trabajar desde la diferencia. Es decir, entablar el diálogo desde otra perspectiva. No una subordinación cultural, porque de última esto de “lo universal- lo particular”, lo que plantea es una subordinación , una hegemonía, una dominación cultural. Tendríamos que pensar otro esquema”.3

Si no reconocemos que la tan mentada globalización no incluye, ni por asomo todavía, las diferencias culturales, y aún así, la aceptamos sin cuestión porque de otro modo resultamos anacrónicos; creo que no nos respetamos como productores de bienes culturales. No somos sujetos sino objetos a los que colocan en el centro o en la periferia de acuerdo a la conveniencia de quien “baja” las directivas, los cánones y los parámetros.
No es casual que en tantos libros de autores de la Patagonia aparecen estos temas candentes, son tópicos que nos son propios y que diferencian nuestro campo literario del de la “literatura argentina”, o es que algún escritor se siente acaso un “escritor argentino”?, o universal?.O quizás por defender una universalidad globalizada estamos dejando afuera la diversidad que nos enriquece?
Hay que seguir pensando me parece...

Claudia Elisabet Sastre- Puerto San Julián- 23 de octubre con ráfagas de cien kilómetros por hora

1: Libros Celebrios. Neuquén- 2004
2: Para más datos de la autora sobre el tema consultar "El relato del mito, los viajeros y la biblioteca de Baigorria en http://www.librodearena.com/bwugan
3:http://www.underprensa.blogspot/2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

raul mansilla...un gusto leerlo. saludos desde rio gallegos. una lectora comun

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Este espacio es un homenaje a un Grupo Literario que existiò el la Patagonia y del que tuve el honor de ser una de las fundadoras. Este grupo, ademàs de su labor poètica y una gran militancia en el campo de las letras y la cultura, iniciò una crìtica literaria en la zona.
Me gustarìa compartir con los lectores trabajos de crìtica literaria, textos inèditos, etc... en fin... lo iremos haciendo entre todos. Se aceptan sugerencias
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